Este es un factor muy importante y, sobre todo, no debe ser excesivamente dura, es decir, cargada de iones, calcio y magnesio (lo que se conoce como agua calcárea).

Hay otros elementos en el agua que pueden interactuar con la calidad de la pasta, pero el más importante es la pureza.

Las grandes líneas de producción de pasta utilizan instalaciones específicas para gestionar la calidad del agua utilizada en el proceso de producción. El objetivo es garantizar la calidad de la pasta producida, asegurando al mismo tiempo el buen funcionamiento de la línea y la conservación del equipo.

El agua utilizada también debe cumplir las normas establecidas por la OMS, ser perfectamente incolora, estar libre de sólidos en suspensión de más de 5 micras y no superar el contenido máximo de cloruros e iones.